Un poco más  de la nueva tendéncia…

Después de conocer cómo vivían en la etapa Paleolítica podemos resumir que nuestra alimentación más adecuada seria comer frutas, verduras, carnes, pescados y raíces.

Así pues esto conlleva eliminar todos los productos artificiales y procesados, lácteos y cereales.

Bien, os voy a empezar a explicar cómo funciona nuestro cuerpo para que entendáis…

Debemos partir de la base de qué nuestro cuerpo tiene 3 pilares básicos de nutrición que sirven para regular su estado y sus funciones, cuando estos niveles están en su punto óptimo el cuerpo se convierte en un máquina perfecta, cuando no lo están, empezamos a descompensar nuestro organismo y a forzar la máquina para conseguir regular cómo sea ese descontrol, ya que la naturaleza será llevar el cuerpo (como sea) a los valores correctos.

Vamos por partes, el primer pilar es la ACIDEZ.

El cuerpo no está preparado para llevar una alimentación ácida, lo cuál viene dado por comer en exceso carnes, pescados, procesados, pan, arroz, refrescos, dulces, alcohol, … esa ingesta provocará una descompensación que tendrá que regular el hígado con mucho esfuerzo.

Por otro lado, el estrés y los nervios ya generan de por sí acidez, y está no lo podemos controlar, así pues vamos a facilitar al cuerpo el trabajo y vamos a poner de nuestra parte y comer bien, eso implica aumentar la dosis de verduras, fruta y agua para compensar.

Por otro lado, tenemos el segundo pilar el de la NORMOGLUCÉMIA .

Cuando ingerimos alimentos provocamos picos de glucosa en la sangre, si encima lo que ingerimos tiene una dosis mega elevada de azúcar ( muy probable), provocamos unos picos inmensos que descontrolan el páncreas, haciendo que éste tenga que trabajar muy duro para volver a regular este nivel de glucosa en sangre y provocando una bajada tan fuerte y drástica que nos da sensación de hambre de nuevo, con lo cuál necesitamos volver a comer y lo volvemos hacer con alimentos cargados de azúcar y entramos en un círculo vicioso que lleva descompensación constante.

Imagínate todo el trabajo que le das a los órganos para regular tu cuerpo y lo difícil que haces sus tareas.

Por último pilar tenemos el INFLAMATORIO.

Cuanto más grasa tenemos en el cuerpo, menos ganas de movimiento y ejercicio.

Entonces, si nuestro porcentaje de grasa es elevado, nuestro cuerpo activa la alarma de “ relax” porqué concibe que tiene reservas enérgeticas para sobrevivir. Así pues, vamos acumulando grasa y no la gastamos con lo cuál llegamos a un exceso, ahí aparecen los adipositos, que son acumulaciones de grasa que dan el aviso de alarma. Estos nos avisan de qué el cuerpo está fuera de los parámetros correctos y eso provoca inflamación.

Las consecuencias de la inflamación aparecen en los síntomas siguientes:

– baja la vitalidad, la energía y el estado de ánimo.

– aparecen problemas digestivos ( malas digestiones, gases, etc)

– Aumenta el cansancio muscular y la recuperación del cuerpo al hacer actividad física.

– Baja la calidad del sistema inmunitario.

Y lo más grave es que todo estos síntomas los pasamos por alto, hasta caer en enfermedades más graves…cuándo la solución la tenemos de primeras y de manera fácil, comer bien!

El cuerpo estará preparado para afrontar, superar y evitar enfermedades si hacemos actividad física y tenemos un peso saludable.

Eres lo que comes, empezemos a pensar que comemos!!